sábado, 2 de julio de 2011

Comprensión

Llevo ya varios meses empapándome de todo tipo de documentales y artículos que me ayuden a entender un poco más toda esta crisis que nos está afectando a todos. Documentales como "Debtocracy" y artículos como "Historiador llama a Alemania a no olvidar su deuda con Grecia" me han hecho pensar que hay algo que no nos cuentan de todo esto...

Por esto me he propuesto averiguar hacia dónde va el dinero que nos gastamos diariamente, cuál es el agujero negro que está absorbiendo todo el dinero. Para ello he ideado un ejemplo que posiblemente no responda del todo a la realidad, pero creo que más o menos da una pincelada de la misma.

"Pongamos que Juan (nombre ficticio donde los haya) compra un electrodoméstico por 100 € (he tomado el valor de 100 para simplificar cálculos). De estos 100 €, 18 € son de IVA que van directamente a las arcas del Estado. Suponiendo un margen de beneficio para el vendedor del 50%, 50 € van a parar al vendedor, mientras que los 32 € restantes van para el suministrador del producto.

JuanIVABeneficiosSuministrador
100 €18 €50 €32 €


De los 50 € de beneficio del vendedor, supongamos que aproximadamente el 20% está destinado a pagar los sueldos de los trabajadores, es decir 10 €. El  10%, es decir 5 € van a pagar los impuestos varios que un empresario debe pagar. El 30% (15 €) son utilizados para pagar la hipoteca que tiene con el banco por el local, el negocio... Lo que le deja al empresario/vendedor un total de 20 € para consumo propio.

BeneficiosSueldosHipotecaImpuestosResto
50 €10 €15 €5 €20 €



De los 10 € destinados para el sueldo de los trabajadores, suponiendo que se les haga una retención del 10%, 1 € va a parar al Estado y el 30% (3 €) lo utiliza el trabajador para pagar la hipoteca de su casa o coche. De forma que al trabajador le quedan 6 € para sus propios gastos.

SueldoRetenciónHipotecaResto
10 €1 €3 €6 €



Al final de la cadena, de los 100 € que pagó Juan por el electrodoméstico, 24 € han ido a parar a las arcas del Estado y 18 € han ido a parar a los Bancos. Suponiendo que tanto el Estado como los Bancos sean compartimentos estanco de los cuales no sale el dinero, deja un total de 58 € en circulación de los 100 € iniciales."

JuanEstadoBancosResto
100 €24 €18 €58 €




Esto podría indicar que los Bancos y el Estado se están quedando con 42 € de cada 100 € que circulan por ahí. Sin embargo, los Bancos y el Estado no son compartimentos estanco, los Bancos y el Estado tienen que pagar sueldos, suministradores... Suponiendo que ambas entidades tienen el mismo margen de beneficios que antes hemos mencionado (50%) y que el porcentaje destinado a los sueldos es el mismo (20%), permite que vuelvan a salir al mercado un total de 21 € que se pagan a suministradores y 4,2 € que salen en forma de sueldos para los empleados públicos y de la banca.

EntradaSuministradoresBeneficiosSueldosResto
Estado24 €12 €12 €2,4 €9,6 €
Bancos18 €9 €9 €1,8 €7,2 €
Total42 €21 €21 €4,2 €16,8 €




Todavía nos falta por explicar a dónde van los 16,8 € restantes. No debemos olvidar que el Estado tiene deudas con los Bancos que, según el modelo que estamos explicando, ascienden a 3,6 € (el 30% de los ingresos). Esta cantidad debemos sumarla a lo que entra en los Bancos, por tanto todavía no ha salido de nuevo al mercado. Por otro lado los Bancos deben pagar una serie de impuestos, que según el sistema que hemos ideado asciende a 0,9 €. Pero, igual que nos pasaba con los 3,6 € que el Estado debe a los Bancos, tampoco sale al mercado. Además, los Bancos también tienen que pagar una serie de deudas a otros Bancos, que ascienden a 2,7 € y que, igual que los 3,6 € de deudas del Estado, tampoco salen al mercado de nuevo.

EntradaDeudasImpuestosBeneficios
Estado9,6 €3,6 €-6 €
Bancos7,2 €2,7 €0,9 €3,6 €
Total16,8 €6,3 €0,9 €9,6 €




Por último, quedan los beneficios tanto del Estado como de los Bancos, son un total de 9,6 €. Que serán gastados por Bancos y Estado en comprar nuevas oficinas, construir carreteras... Por lo que estos 9,6 € sí que vuelven a salir al mercado.


Al final lo único que queda inexplicado son 7,2 €, 6,3 € de deudas entre Bancos y Estado y 0,9 € de impuestos a los Bancos. Esta cantidad va circulando entre Bancos y Estado y en cada ciclo sale un porcentaje aproximado del 70%, mientras que el 30% restante se vuelve a invertir en la deuda.


A la vista del ejemplo presentado, que por supuesto no es ni exhaustivo ni siquiera medianamente real, aunque sirva para explicar hacia dónde va el dinero, mi pregunta es la siguiente, si de cada 100 € que gastamos, tan sólo 6,3 € se quedan en una especie de limbo (que como hemos visto no es tal, si no que sigue circulando y saliendo poco a poco), ¿por qué resulta que cada vez tenemos menos dinero? ¿Dónde está el fallo del sistema?


Bueno, como ya se me ha quedado un poco larga esta entrada del blog, prometo intentar responderla, a mi manera en la siguiente entrada.

2 comentarios:

José Antonio López Espinosa dijo...

Alejandro, que preciso y complejo con los cálculos, como siempre...

José Antonio Barreña Cayuela dijo...

Alejandro, creo que en los cálculos falta un componente importante, "la especulación". O como siempre se ha dicho: vender duros por pesetas. En "la hoguera de las vanidades" hay una explicación sencilla como respuesta a la pregunta del niño sobre en que trabajaba su padre, un broker:

-«Mira, Campbell -le dice la esposa del protagonista de la novela, un agresivo ejecutivo de un banco de Wall Street, a la hija de ambos-, papá no construye carreteras ni hospitales, ni tampoco ayuda a construirlos, pero se encarga de los bonos que emite la gente que reúne el dinero».
-«¿Cómo?»
-«Sí. Imagina que un bono es como un pedazo de pastel, y que tú no te encargaste personalmente de hacer el pastel, pero que cada vez que le das un pedazo de pastel a alguien cae de ese pedazo una migaja, un pedacito pequeñísimo, y que cada vez te puedes quedar ese pedacito». Judy sonreía, y Campbell también, pues parecía comprender que todo eso era algo así como un chiste, una especie de cuento de hadas basado en lo que hacía su papá.
-«¿Pedacitos?», dijo Campbell, como animando a su madre a que siguiera.
-«Sí -concluye la madre su explicación-. Tienes que imaginar unas miguitas muy pequeñas, pero no una, sino muchas, muchísimas. Si te pones a repartir a todo el mundo un número suficiente de pedazos de pastel, pronto te encontrarás con que tienes suficientes migajas como para hacer un pastel gigantesco».